Esta obra hiperrealista presenta un antiguo reloj despertador sobre una tela blanca cuidadosamente drapeada, cuyas sombras y pliegues aportan profundidad y textura. El fondo difuminado, con tonos verdes y marrones, evoca un entorno natural y sereno, contrastando con la precisión metálica del reloj. La composición transmite una sensación de pausa, de contemplación del tiempo detenido en medio de la calma. Este cuadro es ideal para espacios que buscan elegancia, introspección y un toque clásico.
- Pintura original, no reproducción
- Técnica: óleo/lienzo
- Medidas: 100x70cm





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